Thursday, August 03, 2006

Geografías


¿Qué sucede cuando nos enfrentamos a un paisaje nuevo, extraño, inmenso e intimidante? ¿La geografía define nuestras ideas sobre el mundo? ¿Moldea nuestros temores? ¿Existe el destino geográfico? ¿La comunicación humana es como un paisaje extraño e infranqueable?

Paris, Texas, escrita por Sam Shepard y dirigida por Win Wenders (1945, Düsseldorf, Alemania), aproxima una visión a estas paradojas.

La película inicia con la cámara sobrevolando la silueta de un Travis (Harry Dean Stanton) pasmado en medio de un paisaje desértico, que parece de difícil acceso. Las nubes se muestran dramáticas e inquietas como si el alma humana jamás hubiera estado ahí. Travis parece confundido, en su mirada se percibe el desarraigo; usa una gorra de béisbol roja y en su mano derecha sostiene un recipiente con agua. Una imagen provocadora.

Su única certeza es caminar en línea recta, a veces siguiendo las vías del tren y otras, los cables de luz, cruzando carreteras, montañas y ciudades sin detenerse. Es aquí, en donde el cine confirma su fuerza en el lenguaje visual: Travis no tiene memoria ni destino; ha sufrido una perdida que parece irrecuperable.

En Paris, Texas, Wenders regresa a sus temas preferidos: la soledad y la alienación de un hombre que ha perdido todo, la imposibilidad del ángel que escucha los pensamientos sin ser capaz de tocar la hoja de un libro. Travis, al igual que el extraño/extranjero observa, camina, come, pero jamás se funde en un paisaje; su existencia siempre es pasajera, temporal y errática.

Walt (Dean Stockwell) hermano de Trav, viaja de California a Texas, después de recibir una llamada en la que le informan que han encontrado a su hermano Travis desmayado dentro de un bar, para recogerlo y llevarlo de regreso a casa: “¿Trav, que te ha sucedido todo este tiempo? ¿Por qué no me hablas? ¿Recuerdas a tu hijo? ¿Has visto a tu esposa?”

El viaje de regreso por los parajes desérticos de Texas y California, se convierte en un inevitable recuento de los vínculos perdidos, un viaje contra el desamparo y el tiempo, una declaración de amor a los colores del atardecer tejano y a los extensos freeways de California. Una transición gradual del desierto a la ciudad, una metáfora de la geografía como un lenguaje de difícil traducción.

Es cuando Wenders hace uso de su mejor sensibilidad y nos presenta un conjunto de colores y brillos que dejan a un lado la historia de Travis, para hacernos temblar frente a la inmensidad del paisaje de los Estados Unidos: la desolación del freeway, los rascacielos en medio del desierto, los anuncios espectaculares y los tréboles que forman las carreteras y parecen disparan a los autos a miles de direcciones.

Wenders provoca y recrea un mundo ajeno, se despoja de los territorios europeos e intenta responder/comprender en donde esta el orden, el origen, el momento en que se edificaron todos esos rascacielos rodeados de anucios espectaculares, que parecen signos y piramides de una civlización en que comparte el esplendor y la decadencia.

En una de las escenas claves de la película Travis se reencuentra con su esposa Jane. Ella baila en un club nocturno y hablan través de un espejo desde donde solo él puede verla.

Travis finge ser un cliente y escoge un cuarto decorado como cafetería, que sirve de punto de partida de un dialogo de encuentro, amor e incomunicación:

TRAVIS: I knew these people...
JANE: What people?
TRAVIS: These two people. They were in love with each other. The girl was... very young, about seventeen or eighteen, I guess. And the guy was... quite a bit older. He was kind of raggedy and wild. And she was very beautiful, you know?
JANE: Yeah.
TRAVIS: And together, they turned everything into a kind of adventure, and she liked that. Just an ordinary trip down to the grocery store was full of adventure. They were always laughing at stupid things. He liked to make her laugh. And they didn't much care for anything else because all they wanted to do was to be with each other. They were always together.
JANE: Sounds like they were very happy.

Paris, Texas es un acercamiento a la geografía de los Estados Unidos desde una perspectiva europea que siente atracción y repulsión por el comic, el pin ball y el rock and roll ( a través de la guitarra de Ry Cooder). Una mirada vertiginosa a un territorio vacío, inquieto e indomable.

Es la historia de Travis y Jane: dos geografías incapaces de comunicarse, dos personas que no pertenecen a ningún lugar.

Una historia en donde se muestra un paisaje intimidante que no deja espacio o zona segura.

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